Nadie sabía cómo lo hacías, pero siempre desprendías felicidad por toda la casa y una energía que inundaba corazones.
Solamente nos queda agradecerte por todos los momentos, viajes, paseos, salidas, descubrimientos, etc a tu lado, y por cuidarnos siempre. Has cambiado nuestras vidas como nadie ha podido, puede y podrá imaginar.
Gracias a ti por todo lo que nos has dado, y a la vida, que te puso en nuestra familia, en la que serás parte de ella de modo perdurable.
Donde nosotros vayamos, siempre vendrás. Y donde estemos, estarás tú también. Te queremos de forma incondicional. Eternamente serás nuestro Bolilla.